Las mesas más frecuentes
La elección del tipo de mesa que se va a utilizar depende de:
Cantidad de comensales o de participantes
Capacidad del salón
Anfitriones y homenajeados
Formato del salón
Los formatos más habituales son:
Mesa imperial o de directorio
Mesa rectangular
Mesa en U o herradura
Mesa redonda
Una combinación de ellas
La mesa imperial es de formato rectangular con sus esquinas redondeadas. No llega a ser oval. Es una mesa muy elegante, que puede tener un gran tamaño y de ese modo albergar muchas personas, pero no es habitual encontrarla sino en salones tradicionales y clásicos que tienen mobiliario de época.
Para sustituirla, dada la dificultad de encontrarla en los salones contemporáneos, se ha hecho frecuente el uso de la rectangular, que puede estar formada por una sola mesa, o por varias, una a continuación de otra, para dar cabida a más cantidad de invitados. En algunos eventos, por ejemplo, en casamientos, la mesa cabecera o de los anfitriones tiene este formato, mientras que las restantes son redondas. En ella los participantes pueden sentarse completando la ocupación en todos sus lados, o en uno solo de los lados, de cara a los demás invitados.
La mesa en U, conocida también con el nombre de mesa en herradura, se forma con mesas rectangulares una a continuación de la otra, dando la forma característica de una U. Esta mesa puede tener o no las esquinas redondeadas. Es muy utilizada en eventos empresariales, y no tiene demasiado sentido usarla socialmente. Su finalidad es que los participantes estén enfrentados, uno a uno. Requiere un salón de grandes dimensiones, y puede utilizarse tanto para un servicio de comida en el que se discute un tema, se realiza una presentación audiovisual o se escucha a uno o más oradores. Sólo en el caso de una comida que no incluye ningún tipo de presentación pueden sentarse participantes en el interior de la U; de lo contrario, sólo se usará la parte externa.
La mesa en U se utiliza cuando, en la presentación mencionada, no se espera la intervención de los asistentes, más que para hacer preguntas, dado que mientras atienden al orador, almuerzan. También se usa para reuniones de capacitación, motivación, o asambleas de organizaciones, con lo cual se prevé que se conviertan en mesas de trabajo en las que intervendrán todos los participantes.
Las mesas redondas son las más utilizadas en eventos sociales en los que el objetivo es la comunicación entre los invitados. No se aconseja el uso de mesas redondas para más de 12 personas, ya que por las dimensiones que adquieren, parecería que podrían estar en comunicación unos con otros, pero en la realidad no es así porque la distancia les impide el diálogo. Además, ocupan mucho espacio. Entre el borde de una mesa y el borde de la más próxima debe haber una distancia de 1 metro como mínimo, siendo 1,5 metros una distancia cómoda para el trabajo del personal. La ventaja es que los salones con mesas redondas quedan estéticamente muy lindos, y los arreglos florales o centros de mesa adquieren mayor realce cuando los invitados hacen su ingreso al salón.
Ubicación de los invitados
Si bien los invitados, al ingresar en el salón, serán recibidos por recepcionistas que les indicarán su mesa, es más organizado agregar un plano de orientación en la entrada del salón, con el listado de los invitados y la mesa asignada. El listado se confecciona por orden alfabético de los apellidos, a continuación el nombre y luego el número de mesa, independientemente de que sean matrimonios, socios o la relación que tuvieren, todos deben figurar en la lista. Esta metodología favorecerá a quiénes deseen ubicarse solos, en vez de esperar que una persona los oriente. Y por ende permitirá colocar menor cantidad de recepcionistas. Las mesas deben numerarse con carteles bien visibles, y una vez ubicados todos los comensales, corresponde retirar el cartel.
La ubicación en las mesas es una tarea propia de los anfitriones, que debe ser respetada por los invitados. Puede hacerse por orden de precedencia o por afinidad. La distribución de lugares contribuye a una mejor organización, y cada vez más eventos lo consideran un aspecto infaltable. Solo en los eventos muy informales el invitado elige dónde y con quiénes agruparse.
Cuando el evento es muy formal, no sólo se asignan las mesas, sino también la ubicación en la mesa para cada uno de los comensales. Se procede del mismo modo que se describió anteriormente, y se agrega en cada sitio una tarjeta de ubicación con el nombre y apellido del invitado apoyado sobre la mesa, colocada en la parte superior de los cubiertos de postre o en la parte inferior de las copas.
La precedencia
El orden de precedencia es el orden de prioridad otorgado a un grupo de personas, de acuerdo con un determinado criterio. Aunque dicho así de fácil, en el ceremonial, determinar el orden de precedencia es una labor compleja. Las personas suelen volverse muy susceptibles cuando se trata de respetar estas normas, y algunas podrían ofenderse si no se las ubica en el lugar que creen merecer.
En general, el cargo o las funciones de una persona determinan con bastante claridad el lugar que se le debe conceder: si es presidente, director, gerente en organizaciones públicas o privadas, es el cargo el componente por evaluar para decidir el lugar; también y complementariamente, lo son la edad y el sexo. La gran dificultad se presenta cuando se deben combinar dos o más criterios. Como no puede ser de otra manera, la persona mayor tendrá precedencia respecto de la más joven, pero cuando son ambas del mismo sexo; cuando esa persona joven es una mujer, el hombre anciano conserva la precedencia.
Una persona extranjera que asiste por primera vez a una celebración tendrá precedencia respecto de los invitados habituales. La persona casada prevalecerá sobre la soltera; los matrimonios sobre los novios; quienes ocupen cargos públicos sobre aquellos con cargos corporativos, las personalidades religiosas sobre las civiles.
La distribución de los comensales
La distribución de los lugares que ocuparán los comensales recae siempre sobre los dueños de casa, más preciosamente de la dueña.
En el caso de las comidas más formales, se suele distribuir a los comensales por orden de precedencia y tratando de buscar la complementariedad, ya sea por personalidad, edad, ocupación. Es aconsejable aplicar algunas reglas de rigor para las ocasiones más informales, como alternar hombres y mujeres, evitando que los matrimonios queden juntos, ya que así se reduce la posibilidad de intercambio. Si hubiera invitados extranjeros, serán intercalados con los nativos, siempre que hablen el mismo idioma.
Para establecer precedencias, es conveniente hacerlo en forma escrita. Si todos los invitados fueran hombres, o todas mujeres, se confeccionará una lista única, encabezada por el/la anfitrión/a, a continuación seguirá quien tenga mas precedencia (el más importante, el homenajeado, el más antiguo, el más amigo) de acuerdo con el criterio elegido, y así hasta incluir a todos los invitados. El listado luego se numera, comenzando con el anfitrión, que recibirá el número 0.
Si los invitados fueran hombres y mujeres, el sistema será de doble lista: uno de hombres y otro de mujeres. Se numerarán ambas listas comenzando de 0, y se diferenciará a los hombres colocando una h junto al número asignado y a las mujeres una m. Recordemos que siempre debemos separar los matrimonios e intercalar hombres y mujeres.
Si la celebración contara con un homenajeado u homenajeada, éste recibirá el doble cero (00), ubicándolo en el listado inmediatamente después de los anfitriones.
Los anfitriones presiden la mesa y ocupan las cabeceras. Dada su estrecha relación con el personal, la mujer se ubica en la cabecera de frente a la puerta que comunique con la cocina.
En la mesa imperial o rectangular las cabeceras pueden estar en los extremos de la mesa, al estilo inglés; o en el centro de los laterales, al estilo francés. El primero facilita a los anfitriones ocuparse de dos centros de conversación distintos, y atender, si fuera necesario, a los invitados que están más cerca de cada uno de ellos.
En la disposición a la francesa, a los homenajeados les corresponde el lugar de la derecha respecto de los dueños de casa. Si no, se le concede ese lugar por orden de precedencia a quien los invitados consideren en condiciones de recibir ese privilegio, cualquiera que sea el criterio que apliquen.
En las mesas redondas, el esquema de ubicación de comensales es el mismo: los anfitriones, enfrentados, y la precedencia, de derecha a izquierda, sin olvidar intercalar hombres y mujeres.
Para la mesa imperial, la cabecera a la inglesa con lista única no es muy aconsejable, ya que el anfitrión preside desde un extremo, al tiempo que los invitados se colocan a derecha e izquierda, mientras el extremo opuesto queda vacío. Al quedar libre una punta de la mesa, no sólo no se cierra el círculo, lo cual estéticamente no luce mejor, sino que los dos últimos invitados quedan distantes entre sí y ven reducida la posibilidad de diálogo.
En cambio, resulta apropiada para una reunión de directorio, donde la comunicación será unidireccional, y también cuando se trata de un homenaje. En ese caso presiden simultáneamente la mesa el anfitrión y el homenajeado, cada uno en un extremo.
La disposición a la francesa es apropiada para armar una mesa en la que hay una persona que recibe un homenaje, ya que ésta se ubica frente al anfitrión, con lo cual dejará conformada una segunda cabecera. En cuanto a los demás invitados, se procede a sentarlos a partir de la derecha del anfitrión, luego desde la derecha del homenajeado, y así sucesivamente hasta completar la mesa; los extremos pueden quedar libres.
En el esquema a la francesa, si no hay homenajeado, el anfitrión asume solo la cabecera, en el centro de uno de los laterales. Y la disposición del resto de los invitados será con el invitado más importante sentado a la derecha y el siguiente, a la izquierda, hasta llegar a los extremos. Luego cambiará el ordenamiento habitual, pues las derechas e izquierdas harán referencia siempre a la única cabecera. Pero se dejará libre el espacio frente al lugar del anfitrión, entre dos comensales, para que quede claro que sólo hay una cabecera.
El procedimiento respecto de las mesas redondas es similar al de la mesa imperial. En el caso de que no haya homenajeado, el orden de precedencia parte del anfitrión, de derecha a izquierda. Y frente a él, el espacio libre entre comensales como una falsa cabecera.
Pero si hubiera un homenajeado, y los comensales no superan los diez, el anfitrión y el homenajeado se ubican enfrentados, de modo que su diálogo sea fluido y en un tono regular de voz. Los invitados se colocan a la derecha del anfitrión primero, y del homenajeado después.
Si el número supera los diez comensales, es conveniente colocar al homenajeado a la derecha del anfitrión y seguir el ordenamiento tradicional para mesa redonda con falsa cabecera.
En las mesas en U, cuando se usa como mesa de trabajo, el orador principal puede situarse en dos lados estratégicos: en el centro de la cabecera, si va a permanecer en el lugar parado o sentado, o en la abertura de la U, si hubiese una presentación, o si pudiera moverse. Si el anfitrión se coloca en el centro de la cabecera, el orador puede compartir ese lugar, y se le da la derecha.
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